sábado, 13 de diciembre de 2014

LAS ESTRUCTURAS VOLANTES DE JOSÉ MARÍA YTURRALDE

    Entre los años 1975 y 1990, José María Yturralde, constante investigador de la geometría, desarrolló una serie de “estructuras volantes” con las que en muchas ocasiones organizaba verdaderas aulas al aire libre cuando se desplazaba con sus alumnos a la playa para elevarlas a la manera de las tradicionales cometas.
     Estas imágenes ilustran esas actividades. Han sido obtenidas de:
     http://www.yturralde.org/index-es.html las tres primeras, y de 
     






sábado, 29 de noviembre de 2014

MONTESSORI Y LA PEDAGOGÍA CIENTÍFICA

La denominada metodología Montessori, fue desarrollada en Italia por la Doctora María Montessori a partir de sus experiencias con niños en riesgo de exclusión social.
Su planteamiento se basó en la observación del comportamiento de los niños cuando no estaban supervisados por adultos, que le llevó a considerar a aquéllos como sus propios maestros y a la necesidad de crear un escenario de libertad para el aprendizaje. Este nuevo enfoque exigía, a su vez, el planteamiento de una profunda revisión de la psicología de la educación de la que, finalmente, surgieran nuevos métodos, como los que podía encontrar en los trabajos del médico francés Jean Itard, considerado el padre de la nueva pedagogía y del también francés Eduard Séguin.
Podemos citar como principios básicos de su metodología los siguientes:
-       “La mente absorbente de los niños”, en referencia a la gran capacidad de aprendizaje que reconocía en las edades más tempranas de la vida, que se debía fomentar.
-       “Los periodos sensibles”, que permiten a los niños relacionarse con el mundo exterior de un modo especialmente intenso, adquiriendo determinadas habilidades con mucha facilidad.
-       “El ambiente preparado”, cuidadosamente organizado para fomentar su auto-aprendizaje y crecimiento. El diseño de ambientes basados en los principios de simplicidad, belleza y orden, permiten el desarrollo del niño sin la asistencia y supervisión constante de un adulto.
-       “El rol del adulto”, que se convierte en un observador consciente al servicio del educando, del que también aprende y junto al que forma comunidad.
Otro de los elementos fundamentales para el desarrollo e implantación de su método fue la elaboración de un material docente que se correspondía con cada uno de los principios básicos relacionados: funcionalidad, experimentalidad, estructuración y relación.
Finalmente, creo relevante resaltar algunos aspectos de la biografía de la pedagoga que, si bien algunos pertenecen a su vida privada, demuestran su entereza y fortaleza de carácter que, sin duda, le sirvieron para coronar la meritoria trayectoria que hoy se le reconoce.
Desde su extensa formación en los campos de la pedagogía, medicina, filosofía y psicología en un tiempo en el que el acceso a la educación superior estaba vetado a la mujer, hasta la superación del problema que le supuso, después de su maternidad, el abandono de su marido, cuando la moral imperante rechazaba y marginaba a las mujeres que sufrían este tipo de problemas.                                                  

EL KRAUSISMO EN ESPAÑA. PRINCIPIOS TEÓRICOS Y SEGUIDORES

El krausismo es un movimiento filosófico ideado por Karl Christian Friedrich Krause (1781-1832) que se fundamenta en la combinación del teísmo y el panteísmo. El teísmo es la creencia en Dios, y el panteísmo es la creencia de que Dios y el universo son lo mismo. Krause desarrolló la idea de que el mundo forma parte de Dios y se realiza a partir de él, estableciendo una unión entre religión, filosofía y ciencia.
Respecto al modelo educativo, propone que la formación abarque la totalidad de los aspectos intelectuales,  realizándose en contacto con la naturaleza y al margen de cualquier influencia religiosa.
El introductor de las ideas krausistas en España fue Julián Sanz del Río, quien tuvo una influencia extraordinaria en los medios universitarios, al tiempo que encontró gran oposición en los ambientes más tradicionales. Esta confrontación dio lugar a importantes polémicas, las llamadas “cuestiones universitarias”, que culminaron con la separación de sus cátedras de varios profesores universitarios.
En realidad, más que una filosofía el krausismo español fue un estilo de vida que proponía sustituir la tradicional religiosidad española por una moral austera, el cultivo de la ciencia y una religión semisecularizada. Consiguió agrupar a la izquierda burguesa liberal en un complejo movimiento intelectual, religioso y político, defensor de la racionalización de la cultura española.
Sus partidarios realizaron importantes aportaciones en temas relacionados con las ciencias sociales, el derecho y la pedagogía, promoviendo un importante movimiento de educación popular que cristalizó en la fundación de la Institución Libre de Enseñanza.
Al margen del pensamiento oficial escolástico y del propio Estado, comienza su andadura con la clara concepción del planteamiento de la enseñanza como resorte básico del cambio social. En coherencia con la tradición liberal de la que procede, propone la secularización de la sociedad, la libertad de pensamiento y de investigación, el respeto a las posiciones ajenas y la libre propagación de las ideas.
Con la perspectiva del tiempo transcurrido, hoy podemos afirmar que  desde su fundación en la segunda mitad del siglo XIX hasta su desaparición como consecuencia de la derrota de la República tras la Guerra Civil española en el año 1939, la Institución Libre de Enseñanza sirvió como catalizador de los mejores logros intelectuales de la España del primer tercio del siglo XX.
Muestra de ello es la fuerte vinculación de la Institución con importantes integrantes de la Generación del 27, que residieron en sus instalaciones y se formaron con sus criterios como Salvador Dalí, Federico García Lorca, Luis  Buñuel, o la impresionante lista de colaboradores que contribuyeron a la calidad y difusión de sus actividades: Antonio y Manuel Machado, Bertrand Russell, Henri Bergson, Charles Darwin, John Dewey, Santiago Ramón y Cajal, Miguel de Unamuno, María Montessori, León Tolstoi, Rabindranath Tagore, Juan Ramón Jiménez, Gabriela Mistral, Benito Pérez Galdós, Emilia Pardo Bazán, Azorín, etc.

jueves, 27 de noviembre de 2014

LA PEDAGOGÍA CONSTRUCTIVISTA. PRINCIPIOS Y ETAPAS DEL DESARROLLO COGNITIVO. DE PIAGET A LOWENFELD.


El modelo de aprendizaje constructivista, basado en la teoría del conocimiento del mismo nombre, se caracteriza por situar al alumno como actor principal de su propio aprendizaje.
Inspirada en la psicología constructivista, mantiene que para que se produzca aprendizaje, el conocimiento debe ser construido o reconstruido por el propio sujeto a través de la acción, a partir de la base de enseñanzas anteriores.
Según esta teoría, el aprendizaje no es aquello que simplemente se pueda transmitir, sino lo que cada persona reconstruya con su experiencia interna. De este planteamiento, con una carga tan grande de subjetividad y de individualidad se deriva un primer inconveniente como es el que no se pueda medir el aprendizaje realizado, por ser éste único en cada uno de los sujetos destinatarios del mismo.
En este modelo, el alumno es el que de una manera siempre activa realiza su aprendizaje, construyendo sus propios procedimientos para resolver los problemas que se le presenten. El profesor aquí se limita a proveer de herramientas al alumno para que pueda superar las sucesivas dificultades que finalmente le llevan al conocimiento, siempre en función de su individualidad. Ya se puede suponer que los errores serán frecuentes, aunque aquí el error está libre de la habitual connotación negativa, pues es algo inherente al proceso de aprendizaje. Se podría decir que gracias a los errores se aprende.
En cualquier caso, el método parte de una suposición básica de que las personas aprenden cuando pueden controlar su aprendizaje y están al corriente del control que poseen, presuponiendo, a su vez, que esa actitud activa del alumno en la que se basa el método va a estar siempre presente, lo que representa, en mi opinión, otra importante objeción que se añade a la que antes se ha señalado en relación a la imposibilidad de medir los resultados.
Pero como suele ocurrir en todos los ámbitos de las ciencias, y desde luego en  el de las ciencias sociales, las teorías no suelen ser lineales así que podemos citar a los tres principales representantes de ésta, con el común denominador de asumir la idea de compartir una teoría de aprendizaje centrada, sobre todo, en la persona y en sus experiencias previas que le llevan a nuevas construcciones mentales, pero con la particularidad de que cada uno de ellos expresa la construcción del conocimiento dependiendo de, si el sujeto interactúa con el sujeto del conocimiento (Piaget y su teoría denominada “Epistemología genética”), si lo realiza con otros (Vygotsky con la “Teoría socio-cultural del lenguaje”) o si es significativo para el sujeto (Ausubel, autor de la “Teoría del aprendizaje significativo”), dando lugar así, a tres diferentes tendencias dentro de la común pedagogía constructivista.
Centrándonos en la figura de Piaget, mantiene que el intelecto se compone de estructuras o habilidades físicas y mentales llamadas esquemas, que la persona utiliza para experimentar nuevos acontecimientos y adquirir otros esquemas. A partir de sus observaciones, concluyó que el niño comienza su vida con unos reflejos innatos como gritar, asir y succionar. Estos actos reflejos son las habilidades físicas (estructuras o esquemas) con las que el bebé comienza a vivir, y van cambiando gradualmente a causa de la interacción del niño con el medio ambiente, desarrollándose, de este modo, otras estructuras físicas y, finalmente, mentales. En las siguientes etapas de la vida este proceso continua; se sigue  disponiendo de un conjunto de estructuras formadas, en su mayor parte, por ideas y conocimientos. Estas estructuras que se utilizan para manejar las nuevas experiencias o ideas, a medida que se van teniendo ayudan a adquirir otras nuevas ideas que, a su vez,  inducen a cambiar las que se tenían hasta ese momento.
Además, Piaget identificó dos funciones o procesos intelectuales que todo el mundo comparte, independientemente de la edad, de las diferencias individuales o del contenido que se procese. Estos procesos, que forman y cambian los esquemas, reciben por regla general el nombre de adaptación y organización. La adaptación, mecanismo por medio del cual una persona se ajusta a su medio ambiente, es un proceso doble, que consiste en adquirir información y en cambiar las estructuras cognitivas previamente establecidas hasta adaptarlas a la nueva información que se percibe.
 El proceso de adquisición de información se llama asimilación; el proceso de cambio, a la luz de la nueva información, de las estructuras cognitivas establecidas, se llama acomodación.
Como cuestión central en la teoría de Piaget que acabamos de esbozar, cabría destacar su idea de los “estadios evolutivos”, que se corresponden con los que un niño normal atraviesa en su desarrollo cognitivo: el estadio senso-motor (0-2 años), el estadio preoperatorio (2-7 años), el estadio de las operaciones concretas (7-12) y el estadio de las operaciones formales (12 en adelante); cada uno de ellos corresponde a un determinado intervalo de edad que, no necesariamente, es exactamente igual para cada individuo.
Según se va desarrollando el organismo, sus estructuras cognitivas cambian desde lo “instintivo” a través de lo “sensorio-motor” a la estructura “operativa” del pensamiento adulto: tres formas de estructura cognitiva que representan tres niveles diferentes del conocer.
Con esta misma línea de pensamiento podemos relacionar las aportaciones de Viktor Lowenfeld, profesor de educación artística en Estados Unidos y autor del libro “El desarrollo de la capacidad creadora” en el que examina todas las etapas evolutivas del niño desde los 0 a los 12 años, centrándose en el área plástico-expresiva, y en el estudio de las habilidades en el manejo del grafismo, la representación del espacio, el uso del color, etc. etapa por etapa, que finalmente utilizó para plantear una teoría sobre el desarrollo de la capacidad creativa en los niños.
De forma análoga a como había establecido Piaget, Lowenfeld determina las siguientes etapas evolutivas: la etapa del garabato (hasta los 4 años); la etapa pre-esquemática (4-7 años); la etapa esquemática (7-9 años); la etapa del realismo (9-12 años); la etapa del pseudonaturalismo (12-13 años); y, finalmente la etapa de la decisión (13-14 años).
Sin entrar en el detalle de cada una de ellas, lo que se produce es una natural evolución desde los primeros trazos compulsivos y sin control de la primera etapa hasta una mejor representación de la realidad que finaliza con la selección de la técnica que se desea perfeccionar una vez alcanzado lo que Lowenfeld denomina “impresionismo sensorial”, es decir, el momento en el que lo dibujado demuestra sentimientos.
Por último, y para poder establecer una valoración crítica de todo lo expuesto sería necesario conocer los resultados de la puesta en práctica de estas teorías que antes ya se ha señalado, parten de la base del discutible punto de partida que asume la correcta actitud del alumno, fundamental en el éxito de este proceso de aprendizaje.
En este sentido cobra especial relevancia lo que señala Mario Carretero en su artículo “Desarrollo cognitivo y aprendizaje. Constructivismo y educación” cuando señala que, en base a la experiencia observada, este método puede resultar especialmente eficaz en los primeros años de la infancia hasta aproximadamente la edad de diez años momento en el que los contenidos se vuelven más académicos y formalistas con la consiguiente pérdida de interés por parte del alumno, agudizándose este proceso en la adolescencia, con la paradoja de que cuando se tienen mejores capacidades cognitivas y conocimientos previos, se produce un mayor desinterés por continuar el proceso de estudio y formación por parte del alumno.
Por esta misma razón el mismo método puede resultar más adecuado para el aprendizaje de materias de contenido menos rígido como son precisamente las relacionadas con la educación artística a las que Lowenfeld aplicó su teoría en la manera explicada.


                                                                      

 BIBILIOGRAFÍA


Giordan,A (1995). Los nuevos modelos de aprendizaje: ¿Más allá del constructivismo?
               Recuperado de http://cms.unige.ch/ldes/wp-content/uploads/2012/07/LOS-NUEVOS-MODELOS-DE-APRENDIZAJE.pdf

Vargas-Mendoza, J. E. (2006). Desarrollo cognitivo de Jean Piaget. México: Asociación Oaxaqueña de Psicología A.C.
               Recuperado de http://www.conductitlan.net/presentaciones/piaget.ppt

Carretero, M. (1997). Desarrollo cognitivo y aprendizaje. Constructivismo y educación.
               Recuperado de: http://www.educando.edu.do/Userfiles/P0001/File/Que_es_el_constructivismo.pdf